¿Oyes el susurro de mis aguas entonando
los cantos de esperanza? Soy arroyo
de nuevo, hacia el mar inconmesurable,
afable mientras recibe las nuevas del destino.
Se purifican las noches, nos tocan las luces
del día sereno, aspiro a las aguas saladas
donde seamos inmensidad sin límites
humanos: un placer sordo a mortales tonadas.
El sonido
de la libertad
y el destino
choca con
la piedra…
Grita:
¡No me detengas!
Bela Sánchez (Guatemala)
Una gota de inmenso amor
Recorrí mil mares a tu encuentro.
Oí rumores de voces compañeras
hiriendo a borbotones.
Decían…,
que tu corazón
era de piedra.
Ninguna de ellas supo
escucharte
en tu soledad.
Desgastaban tu esencia,
mineral.
Quieta,
mirabas al frente
y así permaneciste, bella,
esperando ser
rescatada.
Te cerraste
a cascadas
ofensivas.
Ahora,
era mi turno.
Pasé a tu lado
por casualidad.
Ninguno de los dos
esperaba
ya nada.
De repente,
nació en ti un leve movimiento.
No sé cómo nos reconocimos.
Llevo conmigo ese recuerdo
en cada viaje.
Me llegan rumores de tu cambio.
No permitas
la erosión
de nuestro encuentro.
No permitas
la erosión
de nuestro amor.
Marina López (A Coruña)
https://enelhuecodelaescalera.wordpress.com/
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Muy bello poema . Un abrazo
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