Sería mejor si pudieras ser café.
Si pudiera sorberte,
Olerte en el humo de un suave café
Hacer visible el poema que un día te dediqué,
recordar cada centímetro de tu piel café,
Presentirte en mis pensamientos de por la mañana,
desearte por las tardes, provocarte ya de noche.
sutil aroma a café, oír que no eres bueno…
que mi corazón se altera, que yo te tomo bien claro,
que eres un vicio exquisito y que tienes el color café.
Entre una taza y un chupito te lo recuerdo,
Qué bonito sería volver a encontrarnos.
Que me hables más de ti, que me inventes un cuento.
que me enseñes tus fotos nuevas, esa en la que ya no estoy yo,
que entre humo me describas tu ciudad,
que me hables de tu después,
Un sorbito, otro sorbito, ay ! Que rico que me huelas a café,
que me cuentes un poco lo que eras,
y lo que ha sido de aquella tarde de mayo cuando te vi partir.
Qué bonito que me veas y que adivines todo lo que no fui.
Contarte que en las palabras no tengo fe.
Encerrarme entre tus párpados,
que te enredes entre el humo,
detenerme un poco entre tus labios,
abrazarte y sentir que me hueles a café
Poema: Patricia Sabag, (Reims, Francia)
Imagen: Antonio Caro Escobar. (Villanueva de la Serena. Badajoz)
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Poema escrito para la poesía no muerde. Poema busca imagen.
Sería mejor si pudieras ser café.
Si pudiera sorberte,
Olerte en el humo de un suave café
Hacer visible el poema que un día te dediqué,
recordar cada centímetro de tu piel café,
Presentirte en mis pensamientos de por la mañana,
desearte por las tardes, provocarte ya de noche.
sutil aroma a café, oír que no eres bueno…
que mi corazón se altera, que yo te tomo bien claro,
que eres un vicio exquisito y que tienes el color café.
Entre una taza y un chupito te lo recuerdo,
Qué bonito sería volver a encontrarnos.
Que me hables más de ti, que me inventes un cuento.
que me enseñes tus fotos nuevas, esa en la que ya no estoy yo,
que entre humo me describas tu ciudad,
que me hables de tu después,
Un sorbito, otro sorbito, ay ! Que rico que me huelas a café,
que me cuentes un poco lo que eras,
y lo que ha sido de aquella tarde de mayo cuando te vi partir.
Qué bonito que me veas y que adivines todo lo que no fui.
Contarte que en las palabras no tengo fe.
Encerrarme entre tus párpados,
que te enredes entre el humo,
detenerme un poco entre tus labios,
abrazarte y sentir que me hueles a café
Poema: Patricia Sabag, (Reims, Francia)
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