Y hasta mis suspiros se vuelven necios y pesados.
Y el jazmín cae lentamente ocultando su ruido de campana;
Y mi geométrico corazón agujerea ferozmente este espacio
afónico, este caer infinito de la nada lanzándose al vacío.
Ahogándose en en lo inacabado, polvo de la transparencia.
Allá donde vive la tristeza quejándose de ser inhabitable,
Allá donde ríe la tristeza sabiendo que ella habita.
Allá en el fondo de nosotros mismos,
Allá donde el silencio es un caracol y el mar es sordo,
Allá donde él silencio es memoria enterrada con olvido”
Patricia Sabag, palabras escapándose