Las cuatro otra vez. Las cuatro.
Afuera pasan los fantasmas marchando
y los perros maúllan y los gatos andan ladrando,
y yo veo sombras con luces apagadas en mi cuarto,
y me fuma el humo del cigarro.
Algo en mi sangre está sonando,
moviéndome desde los brazos,
el sueño y el desencanto.
Pienso en mi padre muriendo a ratos,
en mi madre con su delantal manchado,
y en el cielo de Octubre nublado.
Pienso en cosas que me tienen harto:
La certeza y la soledad de mis brazos.
Y podría pensar en ti en pedazos,
para que me caigas en los ojos apagados
como un temprano bálsamo.
Las cuatro y nadie. Temblando.
Se viene la mañana gritando
y los olores a mujeres fornicando.
Malditas sean, las cuatro.
Yo no puedo dormir: Estoy soñando.
Vi amantes compartiendo sus manos,
borrachos de cada sábado,
niños sin infancia, asustados,
perdiendo la cara en los charcos.
Yo también me asusto,
cuando escribo esto que no hablo.
Daniel García (Guadalajara, México)
Sorprendente. Lo que nos juega la mente, esto que es? El mundo al revés si no me entiendes para que me lees. Felicidades. Un Abrazo.
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