
Francisco Fernández Jiménez
Somos
Amor
Odio
Odio
Amor
En qué momento estamos
Cuando nos encontramos
Nos unimos sin poder separarnos
Nuestros cuerpos se funden
Con el fuego creado
Atmósfera de sangre
Sudor y lágrimas
Por el paisaje oteado
Saltan brasas de pasión
De lujuria y perversión
Por situación tan extraña
Tu cuerpo termina abrasado
Cuando lo acaricio… Lo calcino
Lo beso… Lo incendio
Lo penetro… Lo prendo
De puro fuego
Fallece carbonizado
No te ruborices
O prenderás más rápido
Ya estoy dentro
Casi hemos acabado.
No entrelaces tus piernas
No te sacrifiques
No merece la pena
Tu final está predestinado
Crees que llegaran a tiempo
Crees que vendrán
Que podrás tenerme sujeto
El tiempo necesario
No llores
Te lo ruego
Eso que haces
Puede matarme
Tus lágrimas son únicas
Capaces de congelar el fuego
De acabar con mi necesidad
Con mi deseo
No llores por favor
Vas a destrozarme
Lo que brota de tus ojos
No son lágrimas
Son manantiales
Ardiente pasión
Arde el fuego en nuestro interior.
Como brasas incandescentes,
nuestros cuerpos chisporrotean al tocarse.
Siento un aliento ardiente recorrer mi piel.
El suave roce de tus labios aliviando la quemazón
que me dejan tus besos.
Erizando el vello y mi sexo a la vez.
Eres el fuego fatuo que arde una calida noche de verano.
Eres el agua que lo apaga y apacigua mi sed.
Sed de ti, de amor, de sexo y de pasión.
Soy la incandescencia que abrasa tu interior,
que enardece tu cuerpo y estremece tu piel.
Sientes la llama que de mis dedos salen al rozar tus senos,
erizando tus pezones como capullos de rosas al florecer.
Consumiendo el fuego que arde en ti.
El cráter exhala vapor, que rebosa de tu monte de Venus
empapando mis labios como jugos de la fruta de la pasión.
Somos fuego.
Somos llama.
Somos brasas.
Que nacen del amor.
CANDELA MÍA
Sentí las llamas
creciendo en mí
con tal violencia
que pensé me destruirían.
Encerré el fuego que ardía
entre nosotros
-el miedo a la luz
me lo habían otorgado
noches oscuras
de whisky y serrín-.
Fue tu alma noble,
hecha de lumbre y jazmín,
la que acarició mi espalda
y me atrajo hacia sí.
Ahora,
descanso
en tus brasas,
purificándome.
Ahora…,
descanso
por fin.
Marina López( A Coruña)
https://enelhuecodelaescalera.wordpress.com/