Las cosechas de trigo y cebada
casi recogidas en su totalidad.
Los garbanzos y las habas
se granan y se dejan secar.
El cilantro a manojos
se enreda como aros
y una vez seco
se rasca con piedra
para que los granos
vayan soltando.
El girasol que gira y gira,
entre la noche y el día,
se siega con maquinarías
que al cortar los lampazos,
sus pipas traga y guarda.
Los mulos amarrados
a una traba de hierro,
clavada en el suelo,
apuran el rastrojo
dejado en el campo ,
ahora desierto.
Mientras la cuadrilla
busca la sombra de olivos
va recogiendo los hatos,
para otro día;
ordenándolos.
Al fresco del patio del cortijo
se sientan bajo la parra
y se ponen a conversar
de las tareas que aún quedan
por terminar.
No faltan los amoríos
ni el cortejo entre guiños y refranes,
suenan coplillas de campo,
de amor
y las estivales.
Siguiendo los pasos de la creación:
Poema y voz: Gema Albornoz (Aguilar de la Frontera, Córdoba)
http://emocionesencadenadas.wordpress.com/
Fondo de audio: “Bronce gitano” de Sabicas.
Imágenes: Yoyita (Santiago de Compostela)
http://www.lourdok.wordpress.com