
Tus demonios junto a los míos danzando en un vals interminable,
Entre los rayos de luz como dos pequeñas motas de polvo.
nuestras almas sincronizadas al son del violinista maldito.
Interrumpidas por el gorrión y su presagio del amanecer detestable
Se desangra la noche hasta llegar al suicidio puntual del albor.
Los primeras chispas del sol se cuelan entre el cielo y mi ventana
El fuerte tic tac del viejo reloj anuncia tu inevitable partida
Contemplo el claroscuro desde mi cama con nuestros cuerpos trenzados entre sabanas
y suspiros
Soy culpable de encontrar la paz en sus caderas en esta guerra de amores sin sentido
Y fecundar sueños en su vientre
Poema: Salvador Guerrero ( San Miguel, El Salvador. )
Imagen: Antonio Caro Escobar. (Villanueva de la Serena. Badajoz)
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