Tras la puerta
Ajada, desvencijada y cuarteada me encuentro.
Pasaron los años y toda una vida de penuria por mí.
Ahora olvidada, como un objeto sin valor me encuentro.
Aún sabiendo que soy la que guarda todos los secretos de tres generaciones,
que si yo hablara o si dejara entrar a aquellos que quisieron
hurgar en vuestra vida y no se lo permití por amor,
por fidelidad a aquellos que un día me dieron una vida,
algo por lo que luchar.
Si les dejará entrar y rebuscar en mi interior,
todo lo que habéis ocultado,
todo lo que habéis aparentado,
se os echara encima como un alud de secretos e historias,
que jamás deberán de ver la luz.
Y aquí estoy destrozada y olvidada,
por que para vosotros ya no valgo nada.
Y aún así tonta de mí,
os protejo por lo que un día fui.
Antonio Caro Escobar.(Villaneva de la Serena. Badajoz)
La vieja puerta
Han pasado tantos años
desde que abriste esa puerta,
hoy que paso por tu esquina
solo quedan remembranzas.
La pintura descascarada
y los colores del muro
ya se han ido disipando
aunque aún guardan su belleza
el edificio y la puerta.
Aún recuerdo aquel barniz
con el que brillaba el madero,
los azules y los blancos
que adornaban sus paredes
y tu risa afiebrada
cuando hacíamos el amor
a escondidas de tus padres
en aquella habitación.
Un día cerraste el portón
en mi cara para siempre,
me echaste pues te aburriste
de una niña tan ingenua
que esperaba amor a cambio
de entregarte el cuerpo entero.
Ahora que paso de nuevo
me río de mi inocencia
y veo que tu inconciencia
te ha dado su recompensa.
La puerta y las paredes
han perdido ya su brillo
como lo has perdido tú
que de mi alma te has ido.
Melba Gómez, San Antonio, Texas.
Imagen: Francisco Fernández Jiménez (El Ejido, Almería)
Es un placer compartir imagen con mi querida y estimada amiga Melba. ❤❤❤❤
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Pingback: Tras la puerta. | Velehay
Hoy me acaba de llegar tu libro… qué bieeeeeen 😉
Ahora lo leeré tranquilamente degustando cada uno de tus poemas como auténticos bombones que son. Cuando me lo pasaste en PDF me lo leí del tirón como un perro glotón jeje
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Infinitas gracias “Manu del bosque” me alegro mucho de que por fin haya llegado y de que hayas podido leerlo de manera tan fluida como dices, es un poco lo que se buscaba con la unidad que daba el “diario” a la poesía. No dudes en ser crítico, me gusta aprender… ya ni me acuerdo si te comenté que está disponible gratuitamente la parte “audio” del audiolibro en Ivoox. Mil gracias de nuevo. Un abrazo. (y cómo no, feliz día)
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¿Me pasas el enlace para el audiolibro, por favor? Por cierto, también me encantaron tus ilustraciones…
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Aquí lo tienes: https://www.ivoox.com/diario-poetico-cautiva-helene-laurent-audios-mp3_rf_20820779_1.html
Un saludo
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geniales imagen y texto
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Hola Helene.Escribí un poema para “Tras la puerta”/la vieja puerta, pero no tengo idea como compartirlo con usted,todavía no soy muy versado con estos artilugios, así que lo añadí a mi blog. Ya me dirás.xx
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Buenas noches José, me lo puedes remitir por correo electrónico a lapoesianomuerde@gmail.com, con nombre, apellido, ciudad y enlace (a una página propia que quieras difundir si la tienes). En el caso de usar la imagen en otro espacio no te olvides de incluir el nombre de su autor (y si te apetece un enlace a su espacio y a esta comunidad) Un saludo y feliz noche. Hélène
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Muchas Gracias Helene. Espero que lo hayas recibido.Asimismo darte las gracias por tus buenos oficios. Un abrazo grande. Jose
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Para más detalles te pongo un enlace: https://lapoesianomuerde.com/2015/09/23/participa-3/
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Me encantaron los dos poemas.
Que maravilla saber escribir poesía, cuando una apenas sabe garabatear un poco de prosa.
Y que verdad !, nunca había pensado cuantos secretos guardan las puertas, en ocasiones ya ajadas como la que acompaña vuestras rimas.
Besos mil.
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Gracias por los poemas 🙂
La fotografía es de Balerma, un pequeño pueblo costero de Almería. Es la puerta de un cortijo, la construcción típica de la zona.
Es un poco tonto, pero leer las vuestras me ha recordado a una poesía que escribí hace ya bastante tiempo.
La gran migración
No me gusta esa casa.
Hace un tiempo dejó de existir,
sin embargo sigue ahí delante.
Alguien ha tapado con pintura fresca
las escamas despegadas por el sol
y rellenado los huecos del viento
en la madera crujiente. El tejado
pesa más cada más mordiscos
traen los días a la desaparición.
Mucho antes me gustaba.
Pulsar el timbre y correr perseguido
de esa extraña satisfacción. Conocerte.
Jugar a jugar y no pensar si no en
verte.
Vernos más tarde.
Ahora la odio casi tanto, ojalá existiese.
Hace un tiempo que no existe la casa
ni nuestro mundo. Existe la memoria
que devuelve pasos entre gigantes,
caricias y antes rubores con remite.
La edad nos crece y fuimos
poco más que juguetes
aprendiendo a repararse.
El amor se va
sin despedirse.
Y si lo hace, indebidamente.
Queda su rastro para siempre
acartonado en el jardín:
“Se vende”.
Un saludo! 🙂
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