Perlas de sangre de lo no dicho
Los fantasmas de las amapolas se esconden,
sus lagrimas se congelan fijando las palabras
en pasarelas de lo que quedará.
La historia del había una vez el fuego,
La historia del tal vez y del ojalá,
La historia de lo que quede
ya no irá a refugiarse en los campos de mis sentidos,
ni arderá en nuestro evidente desamparo.
Tal vez un día cual viejo pergamino roído
la interpreten las flores, se la adueñen los soñadores,
Se la roben los castores y luego no sabremos lo que será,
y se oirá el canto de las piedras ocultando un silbido triste,
gritando, eso no existe, eso nunca sucedió,
Y un viento de lluvia soplará por las calles,
y un sol con manchas te quemará de frío.
Y un ruido triste morirá en los pasillos de mi geométrica sensibilidad.
Patricia Sabag, palabras escapándose
