
Sin ti 30×42, Luis Hernández Blanco
Desde aquel día, más de mil veces te habré mirado en la distancia. En tus fotos y en mis recuerdos. Sin saber por qué. Solamente tratando de resolver todos los enigmas que sobresalen entre las pocas páginas de nuestra historia. Intentando descubrir por qué la elegida fuiste tú y por qué algo en mí, quiere que sigas siéndolo. Intentando comprender por qué no fuimos sólo un micro-relato, sino que comenzamos nuestra propia novela.
Pero al recordarte, lo veo claro. Y es que cómo no escribirla, si el misterio de tu sonrisa deja el de la Gioconda en una adivinanza de niños. Y es que cómo no añorarte, si poco acalora y enloquece el viento del desierto comparado con tu mirada. Y es que cómo no desearte, si tu cuerpo es el mejor lugar que he elegido para perderme…
Pero rápidamente me pierdo entre los recuerdos, tu mirada se aleja y la realidad cae sobre mis hombros. Rápidamente vuelvo a dejar de entender el porqué de estas líneas. Vuelvo a no entender por qué me atrapó nuestra portada y por qué soy incapaz de dejar de pensar en ella. Vuelvo a no entender por qué me enamoré de nuestra historia al primer capítulo. Y es que no entiendo por qué en tan poco tiempo has conseguido sembrar tantos porqués en mi cabeza. Tantos, que ya no sé si todos son preguntas, o es que a veces logro responderme…
Responderme por qué nunca más volveré a oler y sentir el pasar de aquellas páginas. Responderme por qué nunca más sentiré las aristas y la firmeza de aquellas tapas. Responderme por qué me contentaré con recordar cada palabra, cada frase, cada párrafo, cada página de nuestra historia…
En fin. Seré realista. O quizás cobarde. Mandaré mis porqués a la basura y dejaré que nuestras páginas se conviertan en recuerdos. Me resignaré a perder. Me conformaré con rescatar de mi retina nuestra portada. Esa foto, en la que solamente salimos tú y yo. La rescataré una y otra vez. Esperando que algún día me acabe aburriendo de ella. Y que ese día, acabe olvidando que nunca sabré si serías parte de mi libro favorito o fui yo quién soñó con que lo fueras.
P.D. Que nos quiten lo vivido, digo bailao.
Poema: Rodrigo Senovilla Ganzo, (Barcelona)
https://ellaberintodelabusca.wordpress.com
Imagen: Luis Hernández Blanco (Valladolid)
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Muchas veces sucede eso, nos dicen adiós, sin saber el por qué y más si esa historia se escribía a la perfección o quizás eso era lo que parecía. Te invito a que sigas mi blog, saludos.
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