En tu desdoblamiento habitual, estacional y vital, no me sorprendes.
Una tibia aceptación aquieta sin dormirte el alma.
Y en esta repetida mansedumbre, incluso las motas de polvo en el aire
hechas faros al sol, latidos de estrella,
te parecen importantes.
¿Qué distancia convierte la compañía en soledad?
¿Qué gentes son compañía y qué gentes soledad?
Eres una gran enredadera
debería llamarte
enamorada del mundo, odiada del mundo
a veces
a sabiendas, a penas (que no es un poco)
cuando Todo es bueno y maravilloso
parís una Nada que lo abriga en su seno
y lo permite
Enamorada de todo, odiada por nada
Nadadora del tiempo que se enamora del mundo.
Emilia Vidal, Mar del Plata, Argentina (1979)
http://miserablescelaneas.blogspot.com.ar/
Poema busca ilustración (propia y apropiada)
lapoesianomuerde@gmail.com
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Muchas gracias Alejandro por el gesto, muy generoso de tu parte!
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Me gusta como usas las palabras, como quien forma un muro de piedra. Cada piedra tiene que encajar exactamente una con otra para que el muro no caiga, y manteniendo la música de la poesía.
¿Que distancia convierte la compañía en soledad?
Hasta te das el lujo de dejar planteada una duda casi existencial.
Te felicito Emilia, realmente un placer leerte.
Alejandro
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Tus palabras, como bien dijo Hélene, son un hermoso regalo para para mí. ¡Gracias!
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