Centauros eslavos de la transpaleta,
sirenas con escáner e himnos tecno entre alienantes cafés de máquina
que saben a café.
A cárcel.
Pintadas de odio primario en las letrinas.
Casas a lo Sólo en casa en plena Navidad norteña,
pudiente y protestante.
Una Holanda a la que no he sido invitado.
Músculo sin descanso.
Alma sin asilo.
Entre la espada de un engranaje mafioso,
la pandereta hecha estado muerta de hambre,
y la plutocracia regente y avispada.
Reflexiones dolorosas para un lemming desamparado
entre números rojos y cielos grises.
David San Cristobal (Logroño)
Me encanta tu estilo!!
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Gracias. No me tomo muy en serio. Sólo quiero decir cosas.
Una vez más, gracias.
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