
Guapo y alto, francamente elegante,
Dulce voz y turbia mirada de flor,
Es mi amor, el que me besa,
Paseamos de la mano y hablamos.
Adoptamos miradas de amor,
Heredamos caricias grandes,
Volamos en barco y nadamos al sol,
La tierra gira y nos deseamos,
El fuego se enciende y brindamos.
Las sillas son nuestras, nos sentamos,
Juntamos los labios y nos besamos,
Yo, sin rostro. Estoy pecando.
La brisa nos toca y prometemos
Que el amor no va a ser oscuridad,
Ni vanidad, pero si va a ser: eternidad
Cuando vuelva a ser libre de nuevo.
MaryCarmen Varela (Santiago de Compostela)
***Estamos de vacaciones, las colaboraciones y respuestas creativas se atenderán a la vuelta.***
(una colaboración o respuesta creativa máximo por persona)
Disculpen las molestias.
Primero pedir perdón
porque me perdí,
este que te escribe siempre se perdió
cuando así leí.
Perdón por no saber leer
cuando cada verso inicia en mayúscula,
y aunque siempre me empeñé
siempre se me escapa el ojo
cuando lee
y busca,
y busco el punto ausente que no es.
Y es que no sé.
También me perdieron
esos dos puntos de fuego
que explican esa libertad que se presta
mientras el amor quema.
Después de pedir perdón
escribir que leí precioso,
tuve que leer dos veces dos
para entender lo que entendí,
disfrutando cada vez
que por ello repetí.
Precioso, a mis ojos.
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