Entrar en el puerto al mismo tiempo
justo al crepúsculo, por estribor
el barco «Acariciar y susurros»,
estrecho velero con no mucha eslora.
Cargado de pensamientos sellados,
los buenos tiempos, los jardines,
la alegría densa, música,
anhelos que guarda en la bodega,
otra vez ahogados en miel y limón.
Separados en voluminosos almanaques,
cada brillo, ola o verso representa
dos ojos mirando por encima de una bufanda,
intentando cambiar engaños por belleza.
Viendo molinos, porque
son castillos y no barcos
los que pueblan la ría.
Semejante error lo sostengo
porque yo he nadado distraído
bajo el balcón de una princesa,
aunque fuera alta mar y parezca extraño.
Poema: Lord Conrad(Castilla y León) – Twitter: @theyoungQuevedo
Imagen: Lettycia Arakaki (Argentina) , Twitter: @GreyAki