Fuego.
En su retina
tu imagen
se evapora
en la cortina
de agua.
Paró el tiempo,
habló en claves
de silencio;
Todo, menos tierra.
¡Todo menos tierra!
Quiso tu piel, besó tu cuerpo.
En tus labios sus versos, su alma.
Vértigo.
Aferrándote, cerraste la puerta.
Caída, no volverá a volar.
Y en su mano, una pluma,
para el recuerdo.
Hélène Laurent
Licencia de Creative Commons
Me gusta, qué buen final: “Y en su mano una pluma,/ para el recuerdo”. Uf, esos otros ángeles, los íncubos y súcubos…
Saludos
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¡ Muchísimas gracias! Me alegra saber que te llegó. Ese poema es realmente muy especial para mí. Un abrazo
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Es realmente curioso, mientras lo lees, el ritmo y la estructura hacen parecer que uno se está cayendo. Muy bueno. Un saludo.
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Me alegra ver que te haya llegado, curiosamente elegiste dos poemas para mí muy especiales…
No sabes hasta qué punto me sorprende tu sensibilidad a la hora de leer, recibir y/o analizar poemas…
¡No puedes estar más en lo cierto!
Efectivamente me gustan las imágenes, los sonidos y ritmos internos para procurar pasar mensajes sin desvelarlo todo sino que creando efectos…
¡Me parece increíble que te llegue tan bien!
¡Menudo encuentro!
Un abrazo
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eres muy buena Helene
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Eso no lo sé Juan… Vamos a decir que tengo poemas más o menos logrados y que éste es de los “especiales”. No creo en el “furor poético” pero en este caso es el poema que vino a mí, sin buscarlo realmente… La necesidad de sacarlo desde las entrañas, las imágenes mezcladas, los sonidos… Cogió forma prácticamente solo.
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Muy chulo! Sigue así!
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¡Muchas gracias! Curiosamente Facebook me recordó que este poema cumplía hoy tres años… Un saludo
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Excelente Hélène… me gustaría mucho incluirlo en el post sobre tí…
allá voy… un abrazo. Aquileana 🌟.-
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¡Muchas gracias Amalia! Me alegro de que te haya gustado… Un abrazote
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